ADOPCIÓN VERSUS EMBARAZO POR MAGDALENA JUAN

La adopción todo el mundo sabe, es uno de los medios por los cuáles muchos padres optan para conseguir un hijo. La adopción Internacional, es un proceso largo, farragoso y cargado de momentos difíciles desde todos los puntos de vista implicados,  instituciones, países y familias. Hasta ahí todo normal. Esto es lo que sabe todo el mundo.

    Lo que todo el mundo desconoce también es la desesperanza, la ansiedad, el sufrimiento, la angustia y el agotamiento que sufren los padres en este proceso. No se puede hablar de ello, nadie quiere escucharlo, nadie pregunta,  todos cierran los ojos,  las orejas y el entendimiento, sólo se hace una pregunta: ¿cuándo os dan el niño?. Nunca se pregunta: ¿cómo estáis?. Es injusto.

    Si comparamos a unos padres que esperan un hijo biológico mediante un embarazo  y a unos padres que esperan un hijo a través de un embarazo llamado coloquialmente  burocrático, las diferencias son enormes y  da que pensar.

    Los padres que esperan un bebé mediante embarazo biológico, son cuidados por todas los estamentos sociales. A la madre nunca se le pregunta primero: ¿cómo está el niño?, se pregunta: ¿cómo estás, cómo llevas el embarazo?. Se la cuida  desde el punto de vista médico, social y familiar.   A la mujer embarazada se le asiste en el parto, antes y después. Si esta mujer presenta dificultades médicas se la cuida por el bien del futuro hijo. Se le da de baja médica si es preciso que tenga reposo, tratamientos médicos, etc. El parto es muy duro para ella, eso sólo las mujeres lo saben,  pero luego viene la recompensa, el ansiado hijo. Al final todo se olvida, gracias a dios. Pero el embarazo, si todo ha ido bien, ha resultado ser un proceso enriquecedor para la mujer, para la familia en general y por supuesto, la sociedad que da la bienvenida a ese nuevo miembro. Toda la familia y la sociedad se vuelca en ese niño recién nacido y en esa madre que tiene que ser  cuidada y mimada porque esta criando a un bebé  para convertirle en  ciudadano del mundo.

    Los padres que esperan una adopción, tienen que pasar por procesos muy diferentes, tremendamente dolorosos y frustrantes donde nadie les cuida. Institucionalmente tienen que pasar por una criba dura y tortuosa porque deben demostrar ante los estamentos sociales su salud física y emocional. Por supuesto su solvencia económica. Es lógico pensamos todos, un país tutor  tiene que asegurarse de que ofrece sus “hijos” a los mejores padres posible. Por ley, el menor tiene que ser protegido, no se le puede dar en adopción  al primer caprichoso irresponsable o una familia desestabilizada emocionalmente. Esto es lo que deseamos todos. Se le busca una familia a un menor , no al revés. La adopción no es un acto de generosidad, es un derecho que todo niño posee, el de  tener una familia que garantice su bienestar y  se le debe buscar  la mejor, hay que restablecer sus derechos.

    La  pregunta que aquí nos hacemos, es y ¿quien cuida de estos padres?. Hablamos de padres sanos y saludables  que empiezan un proceso con toda la ilusión del mundo y que a base de meses e incluso años sin noticias, entran en un estado cercano a la depresión. ¿Quién puede soportar la espera de 5, 6, 7 ó incluso mas años a la hora de adoptar a un hijo?.  ¿Cómo se puede resistir tanto sufrimiento?. ¿Se puede pensar que ese estado de ansiedad y preocupación continua no cree secuelas?.  Aquí, nadie dice nada. Nadie piensa en ellos, sólo es tiempo de espera, cuestión de paciencia.   

    A una madre adoptiva no la cuida nadie. Siempre debe ocultar su ansiedad, nunca desvelarla porque entonces ya no es apta para una adopción.  

    Los trámites  burocráticos se deben reanudar cada cierto tiempo y ojo, ahí  hay que callarse, porque entonces el nuevo Certificado Médico sale negativo. Los Certificados de Penales, tienen que estar siempre inmaculados, y ya no hablemos si te quedas en paro. La adopción durante años está pendiente de un hilo. El corazón de estos padres también. Los padres adoptivos son vigilados, inspeccionados y expurgados al milímetro durante años.

    A las madres embarazadas se les ofrecen cursos de preparación al parto  donde se las ilusiona con el nacimiento del bebé, y así  pueden canalizar su miedo  al enseñarles y mostrarles lo bello que será ese momento. El dolor quedará atrás una vez que vean la cara de su hijo.

    A las madres adoptivas, nadie les ofrece cursos de preparación a la adopción. Se supone que el encuentro con el hijo será muy feliz.   Nadie se ocupa de que estos padres vivan el proceso con la mayor serenidad y alegría posible. En todo caso, esos cursos son disuasorios, son talleres dónde ponen a los padres antes las situaciones más difíciles y dramáticas posibles y con toda crueldad se les mete en el dedo en la llaga del anhelo y de la ilusión para poner a prueba su fortaleza, valentía y estabilidad emocional. El fuerte resiste, el débil anula su expediente.  ¿Se ha preguntado alguien lo que eso duele ?. Nunca se dice no te preocupes, para ser padre en realidad nadie está preparado, pero aún así no te preocupes que nosotros te vamos a ayudar. No, aquí no se forma,no se prepara, se selecciona. ¿Imaginan ustedes que alguien se pusiera a seleccionar a los padres que serían buenos padre biológicos?. No verdad, pues en realidad hay muy pocos padre bilógicos preparados para hacer su función con un mínimo de garantías.

    Me pregunto si a nadie se le ha ocurrido crear talleres para esos padres donde puedan aprender a controlar su ansiedad. Actividades entre padres que les permitan canalizar su angustia. Qué realmente les preparen para la adopción de una manera realista, pero esperanzadora  y que puedan llegar a ella con la máxima salud y fortaleza posible. Qué también este proceso sea para los padres adoptivos un camino enriquecedor y no solo deteriorante, triste y agotador. La única medicina que hay actualmente para estos padres es contactar con otras familias, mediante foros, chats, y unos a otros irse  poniendo tiritas para animarse entre si, apoyarse y darse  fuerzas. ¿No se podría hacer algo más?. ¿Psicológicamente, socialmente, políticamente, legalmente, de verdad que no se puede hacer algo más?.

    Un niño adoptado vienen con una mochila de sufrimiento evidente. Esa mochila se vaciará si se encuentra con unos padres que puedan y sepan llenarla de cariño, ternura, una buena educación, recursos emocionales para estar preparados para recibir y criar a su hijo con mucha alegría. Basta ya de torturarles, los padres adoptivos también tienen  derechos.