LA ADOLESCENCIA HOY EN DÍA. POR JOSEPH KNOBEL FREUD

 

LA ADOLESCENCIA HOY EN DÍA.

JOSEPH KNOBEL FREUD

CONFERENCIA OFRECIDA EN EL COLEGIO DE MÉDICOS DE MADRID

24-10-2015

Resumida por Magdalena Juan.

J. Knobel ha escrito dos libros: “Mi hijo es adolescente”  y “El reto de ser padres”.

Hay muchas diferencias entre la adolescencia actual y la de hace 50 años. En primer lugar los adolescentes de hoy en día viven en el mundo de la inmediatez. Se les llama la “generación @” y “nativos digitales”. Envían y reciben mensajes inmediatos. Las repercusiones de las nuevas tecnologías en la adolescencia actual puede ser que permitan a los adolescentes aislados salir de su aislamiento: es una ventanita al exterior. Al menos tienen un colectivo de amigos virtuales. 50 años después del libro “La Adolescencia Normal” de Aberastury y Knobel se puede decir que la adolescencia “normal” no existe. Los diagnósticos son transitorios, se escriben con lápiz para poder borrarlos y cambiarlos.

En la infancia hay muchos casos donde hay una imposibilidad de que se instale la latencia debido a una hiperextimulación sexual de los padres. Hay una denegación de la diferencia generacional. El niño debe dar cuenta de la diferencia sexual y de la diferencia generacional. Estamos ante niños que tienen a padres niños, y entonces el niño dice: ¿ Y a mi quien me cuida?.

La denegación de la diferencia generacional  es por parte de los padres, cuando una madre dice: “mi hija y yo somos muy amigas”. Eso es nefasto para la hija. Antes los padres confesaban avergonzados que habían abierto los cajones de sus hijos, ó que habían leído su diario. Hoy la mayoría de los padres abren los cajones de sus hijos sin pudor a través de facebook y demás redes sociales.

Debido a esta denegación e hiperexcitación sexual el niño no puede reprimir las pulsiones parciales que debería hacer como latente: aprender, estudiar, sublimar…jugar. Esta teoría también la comparte Beatriz Janin cuando dice que la hiperexcitación es la causante de la hiperactividad del niño. Hay cuestiones no reprimidas que están demasiado a la vista.

¿Con latencias así, quien quiere hacer un cambio puberal?. Estas latencias prolongadas de niños pegaditos a la familia encuentran en la familia todo lo sexual reprimido.

Hay adolescentes que al intentar separarse de la familia es cuando hacen latencias que debieron hacer en la infancia. En la búsqueda de lo  extrafamiliar el chico se ampara en una latencia tardía que le permite separarse de la locura de los padres, de la hiperexcitación social y parental. Es la puesta en acto de las fantasías sexuales de Freud solo que filmado en programas de televisión: Master Chef infantil, La Voz Kids, …etc. ¿Qué van a hacer estos chicos en la adolescencia?. Aquí aparecen lo que Winnicott llama las patologías del vacío y del derrumbe.

Adolescencia es igual a reedición de los Edipo, pero ¿qué ocurre cuando en el primer año de vida hay un derrumbe tal, un no sostenimiento, una caída en el vacío de los ojos de la madre?. En ese fallo de narcisización de las madres ausentes, ahora las madres  están ausentes porque están en posición adolescente, no se sienten autorizadas para ser madres por sus propias madres. La importancia de los abuelos, sobre todo de las abuelas. Son niños en posición simbiótica con esas madres, en una estructura narcisista que produce patologías complejas.

Cuando la eclosión puberal, la pubertad como cambio traumático. Si el trauma se produce en el cuerpo no sirve ya hablar de normalidad en la adolescencia. La adolescencia es un intento de elaboración del trauma del cambio puberal. Y aquí entramos en el tema de los duelos: pérdida de la infancia, del cuerpo infantil y de los padres de la infancia.

Si no hay  verdadera narcisización en el cuerpo a cuerpo en la diada madre-bebé  y se construye en un vacío, cuando se reedita en la pubertad, ese cuerpo está vacío, no narcisizado y ahí aparecen las patologías actuales que nos ponen en el límite del análisis. La pregunta es: ¿podemos hacer análisis con estos chicos?. Son chicos que vienen a consulta  y no hablan, ó bien están enfadadísimos.  Hay que tener en cuenta cuando están furiosos porque eso promueve en el analista mucha rabia por identificación proyectiva. Son chicos terriblemente frustrados porque no tienen nadie que les sostenga y están en una rabia brutal. Contratrasferencialmente uno siente mucha rabia y miedo porque ellos tienen mucho miedo, no tienen quien les agarre, que les sostuviera en el narcisismo primario y construyeron un falso self que se derrumba en la eclosión puberal.

¿Dónde se sostienen?. En el vacío y se queda ahí angustiados y vaciados, nosotros tenemos que prestarles nuestro yo. Nuestra función terapéutica es de maternaje. El adolescente que se presenta derruido y destrozado está en posición muy delicada y hay que ayudarle a crear aparato psíquico para pensar los pensamientos, ese aparato ó estaba destruido ó quizás ese aparato ni siquiera está creado. Hay que pensar por él.

J.Knobel habla de un paciente adolescente que se pasó 6 meses en posición fetal en un rincón de la consulta. Al irse decía: ¿puedo venir la semana que viene también?. Y él le contestaba que a la semana que viene le esperaba. Son patologías y pacientes que no son nada para nadie pero si son algo para el analista. ¿Qué lugar tenemos que ocupar los analistas de hoy?.Pues darles a estos chicos ese lugar que todos le niegan y decirles: “esto aquí y pienso por ti”.

Las patologías del vacío se van a refugiar en la droga como objeto transicional, en la droga como objeto fetice y hacen de sustituto en unos padres que han fallado. Los chicos creen que esa droga ellos si pueden controlarla.

Las patologías límite ó patologías en exterioridad donde la interioridad psíquica es expulsada: son continuos acting, todo lo exteriorizan. Ellos están en el límite y nos ponen en el límite del análisis. Tenemos el riesgo de hacer interpretaciones simbólicas con estos chicos, y hay demasiado vacío, no les llega nada. Son pacientes que están en pelea con el yo-ideal de los padres, se sienten ofendidos no respaldados en vez de construir un ideal del yo e identificarse.

Técnicamente hay que darles un lugar, un sostén. Cuando se acepta tratar una “nada”, ya se sostiene un “algo”. André Green dice que hay que tener muy claro el encuadre, incluso cuando este falle. El encuadre sostiene, hace funciones terapéuticas. Al adolescente hay que pedirle permiso para ver a sus padres e insistir en el: “tú eres mi paciente”. Knobel  le dice: “te pido permiso porque vamos a hacer un trabajo terapéutico tu y yo. El paciente dice: “conmigo no cuentes”. Cuando el adolescente se muestra violento eso quiere decir que tiene susto ó está triste. El terapeuta dice: “no sólo te miro, pienso en ti”, ó bien “ al menos te miro cosa que he averiguado en tus padres que no te miraron”. Estas son cuestiones de técnica.

 

El terapeuta debe hacer un esfuerzo inmenso de pensamiento para poder rellenar el hueco que el paciente no puede. El analista no puede dejarse llevar por esta muerte psíquica del paciente, tiene que entender que no tiene aparato psíquico para pensar, y eso es lo que hay que construir.

El terapeuta tiene presente el encuadre pero hay que adaptarlo. Un paciente por ejemplo traía fotos de los grafitis que hacía en los trenes y el terapeuta empieza a asociar con los dibujos que trae. Hoy ese chico es un artista muy cotizado.

No es verdad que el analista no desee cosas para el paciente, si las desea, desea que construya un verdadero self en vez de un falso self.  “ Yo deseo que te pongas bien”. Esto es importante, en el encuadre quiero que vengas porque deseo verte bien. “ Yo estoy dispuesto a hacer algo por ti”. Esto es hacer función objetalizante: la puesta en juego del deseo del analista. Qué haya pulsión de vida en vez de pulsión de muerte.

 

INTERVENCIÓN DE ALICIA MONSTSERRAT

Problema de desvalimiento: vacío. Desvalimiento del adolescente y del entorno del adolescente. Winnicott dice que no hay un adulto al lado de un adolescente porque se han borrado las diferencias y los vínculos se están diluyendo. El trabajo con el adolescente exige una técnica diferente. Alicia es partidaria de rescatar el trabajo de grupo con adolescente. Igual que el juego es esencial en niños, el grupo es esencial en adolescentes.

Desde la técnica con adolescentes no hay que ser rígidos porque ahora las nuevas tecnologías te permiten entrar en su mundo. A Alicia un paciente le invitó a entrar en su blog, ella se lo pensó mucho y al final entró en él.

El narcisismo adolescente “solo pienso en mi y en lo que me pasa”.

Cuando un adolescente dice: “yo quiero ser futbolista” hay que rescatar ese proyecto porque hay un “quiero”, al menos hay “deseo”, luego habrá que hablar del “puedo” y ahí entrarán los límites y la contención del terapeuta.

Los adolescentes se van de la terapia  pero luego vuelven como adultos. Dan más miedo los que no hacen ruido que los que si lo hacen.

Los adolescentes tienen que “usar” su grupo de confianza: aunque te cuestionen, aunque te provoquen, no hay que dejarles solos. A los terapeutas que nos dedicamos a la terapia de adolescentes, decirles que “no hay que dejarles solos” .

Joseph Knobel contesta:

El fue paciente con 7 años de Francisco Rodriguez. Fue paciente también de adolescente y varias veces de adulto. Los analistas de los años 70 analizaban a los adolescentes de manera muy adulta. Le resulta chocante que hoy en día haya analistas que traten a los adolescentes de “usted”.

El adolescente necesita movimiento y va y viene a la terapia y hay que respetar esos tiempos porque si los dejamos ir también les dejamos volver. En cambio si nos ponemos  estrictos y resistentes no le estamos dejando la puerta abierta para volver. Hay que ser flexibles si se les deja ir saben que las puertas están abiertas para poder volver. Los adolescentes van y vienen y hay que dejar que esto ocurra.

Josepf Knobe habla de un  4º duelo:  el adolescente tiene que caer en la cuenta de que no hay un saber omnipotente. La caducidad del saber: “no lo sabemos todo”. J. Knobel se presenta a los adolescentes como un adulto que no sabe, él nunca dice: “ a ti lo que te ocurre es esto ó lo otro”. El presenta el material como si fuera una hipótesis: “ yo veo aquí esto (lo que sea) pero a ti qué se te ocurre. El adolescente así no tiene miedo a equivocarse.  Poner en cuestión lo que uno dice permite abrir el diálogo. El garabato adolescente también se puede hacer con palabras: “ a lo mejor pasa esto ó pasa lo otro”. En este sentido también hay que dejarse usar por el adolescente con tranquilidad.

Los adolescentes hoy en día cuando empiezan un tratamiento de buscan en google a ver quién eres ó qué pueden saber de ti. Los análisis que terminan es cuando “cae el saber”. Primero cae el saber de los padres, luego cae el saber de los otros y al final cae el saber de uno mismo. Cuando cae este saber la adolescencia termina.

El encuadre interiorizado es igual a una actitud, una posición del analista que no se transmite sólo a través de la palabra, es una comunicación sutil. Con los adolescentes hay que ser extremadamente cuidadosos con las palabras. Tienen la tendencia a poner las palabras como si fuera una verdad y eso les puede preocupar. Hay que saber esperar, hay que tener cuidado con el peso de las palabras en el adolescente. El deseo del terapeuta tiene que ver con el orden de la subjetividad y por tanto con el saber esperar.

Con el adolescente no estamos en el ámbito de la “interpretación”, estamos en el ámbito de la “construcción”. Winnicott  tuvo un paciente 7 u 8 años antes de poder interpretar.

OTRA INTERVENCIÓN

El mundo de internet desde el mundo psicoanalítico se ve como algo del que hay que proteger al paciente y no es tan persecutorio como se dice. Hay pacientes que pueden ir integrando partes disociadas de su personalidad. Los pacientes en el espectro autista si pueden tener una mínimo conexión con el otro que es interesante.

Contestación de J. Knobel.

Nos estamos atreviendo cada vez más con el aspecto digital. No hay que tener miedo a obtener información de la vida psíquica del paciente a través de Internet. Un paciente le dijo: ¿porqué no me has aceptado como amiga en facebook ?y le contesto: porque no somos amigos.

J. Knobel si acepta textos de pacientes ó material que traen de fuera, no debería haber reglas tan rígidas. Los adolescentes poco ruidosos algunos por lo menos son ruidosos en la red. Tenemos que enfrentarnos a una realidad que es lo digital y en algunas ocasiones lo tendremos que incluir y en otras excluir.

 

OTRA INTERVENCION

¿Cómo generar demanda cuando no hay demanda?

Contestación:

El 90% de los adolescentes llegan por la demanda de los padres: “ a mi no me pasa nada, vengo porque me mandan”. La función del analista es sostener para que la demanda pueda llegar.

No hace falta que el analista diga todo lo que piensa, en la situación analítica solo con pensarlo el paciente va a saber lo que el analista piensa. Cuando decimos al paciente: te espero a la semana que viene, ya se está haciendo sostén.

“ Yo sostengo con mi escucha para que el paciente pueda ser protagonista de su propia vida”. Es ayudar al adolescente a ser el actor protagonista de su propia película, el dueño de su propia vida, de su propio proyecto independiente al deseo de los padres.

En el encuadre no todo vale, un paciente que me quería enseñar los tatuajes le dijo que no, que mejor le hiciera un dibujo de lo que tenía tatuado pero no le permitió que se desnudara.

Contratrasferencialmente  si por ejemplo el analista tiene mucho sueño a una hora que no es propia tener sueño decir: “tengo mucho sueño, qué piensas de ello”. De esta forma rompes la pulsión de muerte.

O cuando un paciente que tenía le enviaba un wasapt y le ponía: “estas”? y él le contestaba: “Aquí estoy”…… y nada más, esto les ayuda mucho porque saben que estás. Lo mismo pasa cuando los chicos se van de Erasmus, se les ofrece el Skype porque mantiene la trasferencia y un trabajo terapéutico que es importante no hay que cortarlo de golpe.